Un juzgado del estado de Tejas (Estados Unidos) ha condenado a Google a pagar cinco millones de dólares por infringir una patente que se encuentra en manos de una empresa considerada como un “troll de las patentes”. Las repercusiones podrían alcanzar a todas las grandes empresas que trabajan con GNU/Linux y, por extensión, al uso mismo del sistema operativo del pingüino y a todo el software libre.
Una vez más nos encontramos ante uno de esos casos legales sobre patentes en GNU/Linux que parece más que hable sobre algo tan intangible como el sexo de los ángeles que sobre algo que nos pueda llegar a afectar realmente como usuarios. Solamente una cosa marca este caso como diferente a todos los demás: en esta ocasión, a la parte demandante se le ha dado la razón, lo que puede dejar tocada a la plataforma del pingüino en el terreno de lo legal.
GNU/Linux en particular y el software libre en general es susceptible de recibir muchos ataques por parte de los llamados “trolls de las patentes”, empresas cuya actividad se limita a comprar patentes de aplicación dudosa (cuanto más genéricas sean, mejor) para luego llevar a juicio a quien crean conveniente para conseguir una indemnización. Parece mentira, pero hay quien se gana la vida así, y en el sector tecnológico no son pocas las empresas que realizan estas prácticas. Incluso compañías de prestigio reconocido recurren a menudo a las patentes para dirimir sus problemas con la competencia, frenar el avance de esta o, simplemente, ponerle palos en las ruedas. Un buen ejemplo y muy reciente de estas prácticas lo encontramos en la denuncia de Apple contra Samsung y en la posterior respuesta de la compañía surcoreana.
El caso que nos ocupa empezó en 2009 con la demanda interpuesta por Bedrock Computer Technologies LLC contra Google y otras compañías entre las que se cuentan Yahoo! o Amazon por violación de patente en una parte del código fuente del núcleo (kernel) Linux. Concretamente, la patente supuestamente violada es la número 5.893.120 de los Estados Unidos, que versa sobre (traducido del original) “métodos y aparatos para almacenamiento y recuperación de información empleando una técnica de dispersión con encadenamiento externo y eliminación al vuelo de la información expirada”. El código fuente sospechoso de violarla se encuentra en el mismo kernel Linux, por lo que todos los sistemas operativos que lo utilicen o deriven de él, pueden estar sujetos a violar dicha patente.
Hace pocos días, el juzgado de Tejas en el que se dirimía el caso dictó sentencia contra la parte demandada (Google), concediendo una indemnización de cinco millones de dólares a la demandante (Bedrock) en considerar que se había violado la patente de esta. La resolución abre las puertas a que Bedrock demande, a su vez, a otras compañías que utilizan Linux en sus servidores, e incluso a aquellas que ponen en el mercado distribuciones de pago con soporte técnico de dicho sistema.
Así, y entre otras muchas, gigantes de la talla de Red Hat, Novell-Attachmate, Oracle, Canonical o Amazon, podrían ser atacadas en los tribunales por Bedrock. Es la primera vez que Linux sale perdedor de un tribunal y que una compañía deberá pagar una compensación económica por la violación de patentes en dicho sistema, y ello podría añadir nerviosismo entre los grandes usuarios de la plataforma del pingüino por su futuro, decantándolos hacia otros productos y sistemas rivales.
Para estos, una opción sería el Solaris de Oracle, o uno de los sabores de BSD (FreeBSD, OpenBSD,...), aunque alguno de estos también podría ser atacado por Bedrock bajo el mismo argumento, pues es bien sabido que los proyectos de software libre comparten mucho código fuente.
En las pesquisas que he realizado por Internet nadie parece estar hablando de la posibilidad de apelar, aunque ello no es descartable. Mientras, lo que sí se sabe, es que Bedrock ha empezado a moverse para hacer valer sus derechos pidiendo el pago de royalties a otras compañías usuarias de Linux, aunque los nombres de estas últimas no han trascendido.
Las implicaciones podrían llegar en un futuro incluso a Android y Chrome OS, puesto que las plataformas software de Google se basan en el sistema del pingüino, y a los fabricantes que las emplean como Acer, Samsung o HTC.
Tampoco es descartable que si se investiga un poco, podamos encontrar tras Bedrock la financiación de algún “peso pesado” de la industria al que le pueda interesar que se siembren dudas sobre Linux en el mundo de la gran empresa: Microsoft (ya se rumoreó su participación por delegación en el caso SCO y la financiación que podría haber hecho de la parte demandante), Oracle (Solaris podría ser una buen alternativa para las corporaciones que puedan estar pensando en abandonar a Linux), Apple (por la ramificación que hemos comentado puede afectar a Android) e incluso Nokia (quien pese a poder verse afectada por la parte de MeeGo, es probable que se vea compensada con el posible ataque a Android).
Los usuarios finales no deben preocuparse, puesto que nadie vendrá a pedirles cuentas ni una indemnización por el uso que puedan hacer de GNU/Linux en sus computadoras personales.
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